¿Te has preguntado alguna vez cómo sería vivir en un palacio? ¿Tienes la oportunidad de visitar Oviedo o ya estás viviendo aquí? No esperes más. En el siguiente post comentaremos algunos de los aspectos fundamentales de este maravilloso palacio del siglo IX. Es un ejemplo magnífico de Prerrománico asturiano y a día de hoy un lugar imprescindible para visitar en tu viaje por Oviedo.

Santa María

Vista general del Palacio

(Una foto de @aguila_ivan)

Ubicado en la ladera del monte Naranco y con unas vistas preciosas e inigualables de la ciudad de Oviedo, el palacio de Santa María se alza como una muestra perenne de arquitectura prerrománica. Situada en un lugar con encanto, al atardecer, los últimos rayos crepusculares descubren sobre Oviedo un cielo impresionista de naranjas y morados incandescentes que hacen de esta ubicación un mirador mágico para tomar una fotografía o simplemente disfrutar del atardecer antes de volver a sumergirse por entre las luces de la ciudad.

Como nos indican crónicas de la época, originariamente formaba parte de un complejo de recreo más amplio levantado para el disfrute del monarca asturiano Ramiro I (842-850). Y del que hoy sólo quedan este edificio y la aledaña iglesia de San Miguel de Lillo.

Atardecer desde la colina de Santa María

(una foto de @comolavidamisma)

Tal vez lo más interesante después del trasiego de los siglos sea la remodelación que llevó acabo el arquitecto L. Menéndez Pidal entre 1929 y 1934. Con la intención de restaurar la composición inicial en el complejo de Santa María, derruye la casa parroquial que le fuera anexa y la sacristía barroca del año 1687 que se añadió sobre la fachada oriental. Pues se conoce que durante el siglo XI, perdido todo rastro de poder monárquico en Oviedo, el edificio pasó a cumplir la función de una iglesia.

De esta época (1930) es también el hallazgo de una cámara inferior semisubterránea conocida como «la sala de baño». En 1985 y en 2006 se acometen nuevas tareas de restauración y mejoramiento del perímetro, así como del acceso, dejándolo como hoy se encuentra. Y erigiéndose como Patrimonio Mundial de la Humanidad.

El edificio por fuera

¿Verdad que resulta un sitio apasionante? Ahora que conocemos el lugar y un poquito de su historia, echémosle un vistazo al edificio. Sus detalles, el elaborado trabajo artesanal y el excelente estado de conservación hacen la delicia de los que, como nosotros, tienen la suerte de poder acercarse.

Vista general del Palacio

(Una foto de @duendethefrenchie)

Como hemos podido darnos cuenta, el edifico consta de una planta rectangular de veinte metros por diez de ancho. Toda la nave central es abovedada y consta de siete arcos fajones, que cortan la bóveda de forma transversal. Tanto la pared oriental como la occidental son tripartitas, en declarado afán simétrico. Esta innovadora sala laubia, la sala donde el rey y su tribunal administraban justicia, cuenta con ménsulas verticales sobre las que descansan los arcos y encontramos un ejemplo de arquería mural ciegas. Cada una de ellas está sostenida por un precioso haz de columnas torneadas a la manera de una cuerda enroscada o propiamente dicho, con forma de soguedad helicoidal.

En su exterior se encuentran similitudes con el interior. Todo él está erigido sobre un zócalo y sus paredes están recorridas por elevados contrafuertes que respetan el ritmo del edificio y que se corresponden con las columnas de la arquería interior. También se mantiene la división ternaria y desde el espacio central se abre, como es típico en todas las villas nobles de la Edad Media, a los miradores oriental y occidental.

Vista general interior

(Una foto de @turoljones)

Por dentro, la exhibición de la más rica iconografía medieval no deja a nadie indiferente. Todo, desde las bases de las columnas hasta la línea de imposta se encuentra bellamente adornado. Especialmente los clípeos, esas piezas cilíndricas que destacan por encima de los capiteles, han sido utilizados como piezas de la más bella ornamentación con ejemplos de cisnes, faisanes y leones, entre otros. Todo en su interior nos hace recordar la razón del poder del monarca, una razón divina. Por eso es frecuente la conjunción de ejércitos celestiales (ángeles con espadas) y ejércitos terrenales (caballería) marchando con un dios juez y su monarca.

Un ejemplo de clípeo ornamentado

(una foto de @turoljones)

La estancia inferior

Si habéis tenido la suerte de entrar en el edificio (para lo que os dejo más abajo los horarios de visita), en la planta baja accederéis a la «cripta» y desde ahí, todavía más abajo, descenderéis a una dependencia semisubterránea conocida como «el baño real», aunque hay dudas razonables al respecto de que fuese una sala de baño, así como de las funciones para las que se reservaba la «cripta». ¿Tal vez banquetes, despensa para los trofeos después de una cacería, o simplemente un lugar donde relajarse a solas? Su función real nos es completamente desconocida. ¡Deja volar tu imaginación y recréate en la unicidad de su arquitectura!

Vista desde el interior

(una foto de @turoljones)

De estructura rectangular, la estancia está cubierta por una bóveda de cañón ayudada por arcos fajones, como los que vimos en la planta superior, todos ellos alzados sobre un zócalo adosado a la pared. Tómate tu tiempo, sin duda se está más fresquito que en el exterior. Que no te asuste su nombre. Estás en la planta baja de un palacio único. Gente de todo el mundo se acerca a Asturias para vivir la experiencia del Prerrománico. Sonríe, tienes la suerte de hallarte en sus mismas entrañas.

El ara de los reyes

Se está haciendo tarde, lo ideal es volver al exterior, para disfrutar de un atardecer único sobre Oviedo, tumbarse sobre la hierba y respirar el aire limpio del monte Naranco. Pero antes, echémosle un último vistazo a un misceláneo pero exquisito pedazo de historia. El ara, sagrado y levantado para conmemorar la obra del rey Ramiro I y su esposa Paterna. Consta de elementos visigóticos heredados de la época y zona, así como de influencias bizantinas en las esculturas que la decoran. Es un bloque de piedra macizo, imponente y bien decorado, con inscripciones de la época minuciosamente elaboradas y que puede servir como último detalle para nuestra visita a este lugar mágico, Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Vista desde el ara

(una foto de @anael.garcia)

Vista del ara con arquería y clípeo ornamentales

(una foto de @isabelcastroahedo)

Información útil

Ahora que se nos hace la boca agua por conocer un sitio como este vamos con los últimos detalles para hacer vuestra visita lo más cómoda y placentera posible. No busques en otra página. Aquí mismo te contamos la mejor manera de acceder al lugar.

Cómo llegar

Pues bien, ya habíamos comentados en otros posts que la calle Uría servía de columna vertebral para la ubicación en Oviedo. ¡Nada más fácil!, la calle principal, a la altura del Parque de San francisco está conectada con transporte urbano hasta las faldas del monte Naranco. Allí nos encontraremos un área de información y a unos metros, así de sencillo, se ubica el Palacio de Ramiro I y Paterna.

Si fuésemos en coche nos bastaría con ascender por la calle Ramiro I primero y seguir, intuitivamente por la calle de los Monumentos. No tiene pérdida y al final hay un aparcamiento gratuito y una fuente desde donde comenzar nuestra aventura.

Horario de visitas

vista artística de las escaleras

(una foto de @aliciasanga)

El precio de la entrada con guía es de 3€ para adulto y 2€ por niño. También hay 1€ de descuento por grupos de 20 personas y los lunes la entrada es gratuita, aunque sin guía.

¡Ah! Os dejo también el teléfono de la guardesa (676 03 20 87) por si necesitáis contactar por cualquier razón.

Esto es todo por aquí viajeros. Espero que os haya gustado este post y os sirva de ayuda en vuestro viaje. Como siempre, todos los detalles están actualizados. Nos vemos en la próxima aventura.

Guillermo Gutiérrez

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