Sydney es una de esas ciudades que te quitan el aire por la impresión que causa al tocar sus calles y adentrarse a su esencia. La ciudad más grande y poblada de Australia es el destino perfecto para tus próximas vacaciones.
Esta ciudad australiana es una de las más importantes del país, sus elementos culturales son su más grande orgullo y sus obras arquitectónicas como la Opera de Sydney son el reflejo de la grandeza y de la innovación en ámbitos arquitectónicos de la ciudad, lo que la convierte en referencia a nivel mundial en este aspecto.
Entre los tantos escenarios que rodean a Sydney destaca el Puente del Puerto de Sydney, la Ópera de Sydney y el área Metropolitana la cual se encuentra rodeada de grandes escenarios verdes como parques nacionales, así como bahías y ríos.
Conocer esta increíble ciudad puede tardar meses porque son muchos los rincones que debes visitar para poder decir con propiedad que conociste plenamente todo el territorio, sin embarga, a veces tenemos pocos días para conocer completamente una ciudad, por lo que hoy te presentamos a una inmensa ciudad como lo es Sydney, y un mágico plan para que la recorras solo por 3 días y lo disfrutes al máximo.
Son 3 los escenarios principales que definen la ciudad, en primer lugar se encuentra el puerto que la convierte en una fuente de ingresos económicos muy importante en el país, en segundo lugar se encuentran las magnificas playas de la Bahía de Jackson que bordea toda la ciudad y finalmente se encuentra la maravillosa zona urbana, así que basándonos en estos 3 escenarios empezaremos nuestra ruta para conocer Sydney en 3 días.
–Primer día–
Este puerto natural es el centro urbano de toda la ciudad de Sydney, aquí se aglomeran los lugares más simbólicos y transcurridos de los turistas y habitantes, siendo la Ópera de Sydney el principal atractivo de la zona, así como también lo es el Puente de la Bahía.
Si aún no logras imaginar de que estamos hablando, recuerda la escena de «Buscando a Nemo» cuando Merlin y Dory logran llegar a un puerto en la ciudad de Sydney para encontrar al pequeño Nemo, justo ese escenario es basado en el puerto principal de la ciudad, que más allá de ser fuente de ingresos, es un lugar mágico para visitar.
En tu primer día de visita te recomendamos subir a un transbordador que te deje en el zoológico y conozcas el maravilloso mundo animal, si en cambio eres de los que disfrutan el arte, entonces puedes acercarte al Museo de Arte Contemporáneo y la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur, sin embargo puedes explorar también todos los museos y enclaves históricos de la Macquarie Street.
Si te da hambre en la mitad del recorrido no te preocupes, pues en todos los alrededores del puerto podrás encontrar miles de restaurantes de excelente calidad en el muelle de Woolloomooloo y Potts Point.
A mitad de tarde te recomendamos tomar un kayak en Rose Bay y observa desde la bahía el hermoso atardecer con la Ópera de Sydney de fondo, finalmente en la noche puedes cenar en el muelle de Cockle Bay antes de ir a disfrutar lo que queda de noche en los locales nocturnos de Surry Hills.
–Segundo día–
Las playas de Sydney son lo más sabroso que tiene la ciudad, así que al levantarte en tu segundo día te recomendamos tomar un bus que te deje en Bondi Beach, una de las mejores y más transcurridas playas de la ciudad, aquí podrás disfrutar del sol y relajarte un rato.
Si después de descansar quieres conocer la zona, anímate a caminar un rato en los alrededores del lugar donde encontrarás tiendas, restaurantes, cafés y artículos vintage en el mercado de Bondi Beach. Si sigues caminando podrás encontrarte con los acantilados esculpidos por el mar que van desde Tamarama hasta Coogee, aquí la vista es algo del otro mundo y puedes disfrutarla más si te sientas a descansar los pies tomándote algo refrescante en el café del paseo marítimo.
El segundo día esta repleto de mar y sol, así que en la tarde puedes hacer varias actividades entorno a eso como hacer un picnic de playa en Shelly Beach, hacer submarinismo en Cabbage Tree Bay o pasear en bicicleta por los alrededores para terminar en Fairy Bower.
Cuando cae el sol y el agotamiento se hace presente lo mejor es disfrutar del ambiente, y para nuestra suerte en Sydney tenemos de sobra, así que podemos disfrutar del Teatro de Sydney donde con suerte podremos disfrutar de alguna presentación de la Compañía de Dazna de Sydney o de Bangarra.
–Tercer día–
El último día siempre es el más aburrido de los viajes, sobre todo si el destino escogido te dejó buenas experiencias, sin embargo en Sydney nos despedimos con alegría y buenas actividades así que no te deprimas y mejor toma un bus que te lleve de excursión por el Valle de Hunter y conoce el lado natural y verde de Sydney, acompañado por supuesto de un buen vino.
El Valle de Hunter esta rodeado de viñedos, por lo que al llegar puedes tomar una bicicleta y recorrer alguna de las 120 bodegas que se encuentran en la zona. Entre las delicias que encontrarás en los viñedos queremos recomendarte que no te vayas hasta probar el Vino Blanco Dulce que es una especialidad de la zona, y combínalo con un queso artesanal con corteza de Pokolbin, y así no llegas con hambre a tu vuelo de regreso.
Imagen cortesía.
Si quieres relajarte puedes tomarte este último día de relajación en alguno de los spa de la región, así como también puedes disfrutar de un buen juego de golf, de un panorama indiscutiblemente hermoso o si eres más aventurero, anímate a cerrar el viaje con broche de oro haciendo una excursión por el Parque Nacional de Yengo donde apreciarás las pinturas rupestres de Milbrodale.
Imagen cortesía.
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